Disfunción Eréctil

Su guía para la disfunción eréctil

¿Qué es la disfunción eréctil?

La disfunción eréctil (DE), anteriormente conocida como impotencia, se define como la incapacidad de lograr o mantener una erección rígida del pene adecuada para una relación sexual satisfactoria.1

¿Es realmente DE?

No lograr una erección puede ser un evento desconcertante. Si esto le sucede ocasionalmente, es probable que no tenga nada de qué preocuparse, ya que factores como el estrés, el cansancio, la ansiedad o el consumo excesivo de alcohol influyen en la capacidad de lograr una erección. Sin embargo, si esto sucede de manera persistente, entonces la disfunción eréctil puede ser la culpable y debe visitar a su profesional de la salud para ayudar a identificar las posibles causas de sus síntomas y recibir el tratamiento adecuado.2,3

¿Qué tan común es la DE?

Los datos del Massachusetts Male Aging Study (MMAS) sugieren que alrededor del 40% de los hombres de 40 años sufren algún tipo de disfunción eréctil. A partir de entonces, la prevalencia aumentó aproximadamente un 10% cada década. Otro estudio evaluó a hombres de entre 20 y 75 años de ocho países (Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Francia, Italia, España, México y Brasil) y descubrió que el porcentaje de hombres con DE oscilaba entre el 22% en Estados Unidos y el 10% en España.4

Aunque la variación en las estimaciones de la prevalencia de la DE puede parecer confusa, puede explicarse en gran medida por los diferentes métodos utilizados para evaluar la DE en los distintos estudios, así como por las diferencias en la edad media de los participantes, los factores relacionados con el estilo de vida y la proporción de pacientes enfermos. Sin embargo, es probable que estas cifras subestimen en gran medida la verdadera prevalencia de la disfunción eréctil, ya que los hombres tienden a no revelar ningún problema de salud sexual.

Ana observación consistente en todos los estudios es que a medida que aumenta la edad, también lo hace la probabilidad de disfunción eréctil.1 Esto, sin embargo, no significa que los jóvenes sean inmunes a la disfunción eréctil. De hecho, en un estudio real en el que se evaluaron las características de los pacientes varones que acudían al médico con disfunción eréctil, uno de cada cuatro era menor de 40 años.6

Factores de riesgo y causas de la disfunción eréctil

Los factores de riesgo son variables que se cree que aumentan el riesgo de un resultado, como la DE. Como ya se ha comentado, la edad está estrechamente relacionada con la DE: a medida que aumenta la edad, también lo hace la prevalencia de DE, lo que convierte a la edad en uno de los factores de riesgo de DE más consolidados.3

Otros factores de riesgo incluyen: 1

En particular, la presencia de estos factores de riesgo no significa que la disfunción eréctil sea inevitable; simplemente significa que el riesgo es mayor. Sin embargo, algunos factores de riesgo también pueden actuar como causa, lo que implica que la presencia de un factor de riesgo (como las enfermedades cardiovasculares) podría ser la causa de la disfunción eréctil en primer lugar.6 Las causas de la disfunción eréctil se suelen clasificar como orgánicas o inducidas psicológicamente, también conocidas como disfunción eréctil psicógena.

Obtenga más información sobre la relación entre la disfunción eréctil y la ECV

Las causas orgánicas de la disfunción eréctil son el resultado de diversas anomalías en las estructuras neurológicas, hormonales o vasculares.7 Un ejemplo de causa orgánica es la enfermedad arterial coronaria (EAC), en la que se calcula que casi el 50% de los hombres con EAC demostrada padecen disfunción eréctil severa.8

Otras causas orgánicas de la disfunción eréctil incluyen:
  • Diabetes  
  • Hipertensión arterial e hiperlipidemia
  • Hipogonadismo
  • El uso de ciertos medicamentos
  • Tabaquismo

Algunos hombres pueden presentar causas tanto orgánicas como psicógenas de disfunción eréctil.

Las causas psicógenas incluyen:10
  • Ansiedad por rendimiento
  • Falta de estimulación adecuada
  • Conflictos en las relaciones

Diagnóstico y tratamiento de la disfunción eréctil en hombres

Aunque es posible que se sienta ansioso por revelar sus problemas de salud sexual, los profesionales de la salud con formación en salud sexual consideran que la disfunción eréctil no difiere de otros problemas de salud. Normalmente, un profesional de la salud obtendrá una descripción detallada del problema, incluida la duración de los síntomas, la presencia de factores de riesgo, el uso de medicación y los problemas de pareja, entre otros. También se recomienda un examen físico y un análisis de sangre para medir los niveles de lípidos y azúcar en sangre en ayunas. Esto ayuda al profesional de la salud a identificar la(s) causa(s) subyacente(s) de la disfunción eréctil y el tratamiento más adecuado para usted.1

Si le han diagnosticado disfunción eréctil, la mayoría de los tratamientos comienzan con intervenciones sobre el estilo de vida, como la nutrición y el ejercicio, para ayudar a identificar los factores de riesgo reversibles. Esto también debería acompañar a cualquier nueva medicación o terapia terapia psicológica. Los medicamentos que ayudan a tratar la disfunción eréctil son, entre otros:1-5

  • Vasodilatadores: Medicamentos tomados por vía oral que abren (dilatan) los vasos sanguíneos para aumentar el flujo de sangre al pene para ayudar a obtener una erección  
  • Crema para la disfunción eréctil: Se aplica tópicamente en el pene e induce la relajación del músculo liso para ayudar a iniciar la erección
  • Inyecciones para la disfunción eréctil: Inyección cerca de la base del pene que induce la relajación del músculo liso para ayudar a iniciar la erección.
  • Dispositivos de vacío: Se colocan sobre el pene para crear una presión negativa que aumente el flujo sanguíneo hacia el pene

El uso de fármacos y terapia psicológica para tratar la disfunción eréctil no debe suspenderse porque no se hayan introducido cambios en el estilo de vida. También se recomienda la terapia psicosexual, sola o junto con la terapia de pareja, sobre todo cuando existe una causa o influencia psicológica.1

¿Está interesado en obtener más información sobre los tratamientos para la disfunción eréctil?

El pronóstico, o resultado, del tratamiento de la disfunción eréctil es bueno, y la terapia puede mejorar la salud física y emocional general, y a menudo también la intimidad de la pareja. Si padece disfunción eréctil, es esencial que acuda a su profesional de la salud para recibir un diagnóstico profesional y, si está indicado, un tratamiento.

Puntos a tener en cuenta:

  • La disfunción eréctil es una afección común en los hombres cuya prevalencia aumenta un 10 % cada década después de los 40 años
  • Ciertas condiciones están fuertemente asociadas con la disfunción eréctil, como las enfermedades cardiovasculares y la obesidad
  • La disfunción eréctil es tratable y, en algunos casos, reversible. Las opciones de tratamiento incluyen intervenciones en el estilo de vida, medicamentos y terapia
  • Si sospecha que tiene disfunción eréctil, es importante que visite a su profesional de la salud

Guía de conversación TRTed para la salud sexual

Hablar de salud sexual puede resultar difícil, pero es una parte importante de la atención médica habitual. TRTed ha desarrollado una guía que incluye una muestra de preguntas y puntos de debate para profesionales de la salud y pacientes, con el fin de apoyar la atención al paciente en materia de salud masculina, que se encuentra aquí.

Referencias

  1. Hackett G, et al. J Seks Med 2018;15(4)430–457.  
  1. NHS. Erectile dysfunction (impotence) available at: https://www.nhs.uk/conditions/erection-problems-erectile-dysfunction/. Date accessed: September 2022.    
  1. Feldman HA, et al.  Journal of Urology 1994;151(1), 54–61.    
  1. Rosen RC, et al. Curr Med Res Opin 2004;20(5):607–17.  
  1. Sooriyamoorthy T, Leslie SW. Erectile Dysfunction. [Updated 2022 May 27]. In: StatPearls [Internet]. Treasure Island (FL): StatPearls Publishing; 2022 Jan-. Available from: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK562253/?report=classic.   
  2. Capogrosso P, E. et al.  Journal of Sexual Medicine 10(7), 1833–1841.   
  3. Ludwig W, et al. Urol Int 2014;92:1–6.  
  4. Montorsi F, et al. Eur Urol 2003;44(3):360–4.  
  5. Patel DV, et al. Br J Radiol 2012 ;85(1):S69–S78.  
  6. Rosen RC. Urol Clin N Am 2005;28(2)269–278.  

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