Día de San Valentín y Día Nacional de la Disfunción Eréctil

14 de Febrero

Dado que el día de San Valentín y el de la disfunción eréctil (DE) coinciden, es un buen recordatorio de que lo que sucede con el corazón puede afectar lo que sucede con el pene.

La aterosclerosis y el pene

La aterosclerosis es una de las principales causas de muerte en todo el mundo y no solo afecta a las arterias que suministran sangre al corazón. De hecho, el depósito de placas de grasa ocurre dentro de las arterias que irrigan el pene muchos años antes que en el corazón, y se estima que precede a la enfermedad de las arterias coronarias (ataques cardíacos) entre 3 y 5 años.1,2

¿Qué es la aterosclerosis?

  • La aterosclerosis es cuando las arterias se estrechan después de la acumulación de placa dentro de la pared arterial, lo que dificulta el flujo de sangre a través de ellas. Eso aumenta el riesgo de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular.

La disfunción eréctil como marcador de enfermedad cardiovascular

La Sociedad Británica de Medicina Sexual ha respaldado la evidencia que sugiere que el valor predictivo de la DE merece una reclasificación para que la DE sea reconocida como un factor de riesgo independiente de enfermedad cardiovascular (ECV).1 La Sociedad Europea de Cardiología también reconoció recientemente la fuerte evidencia que implica que se necesita una evaluación del riesgo de ECV en hombres con disfunción eréctil.3 Ahora hay evidencia creciente que aprovecha la DE como una herramienta de detección útil para que los médicos detecten la presencia de "aterosclerosis silenciosa".

El impacto de la disfunción eréctil en los hombres

A menudo, la disfunción eréctil tiene un impacto en cascada incalculable que puede tener consecuencias severas en la salud mental y el bienestar de las personas afectadas. La vergüenza y el pudor pueden provocar ansiedad, depresión y pérdida de la autoestima. En un análisis, la reacción más informada a la disfunción eréctil fue una sensación de castración.4 Estos sentimientos se intensifican en los hombres jóvenes, y algunos describen la disfunción eréctil como una "humillación total" y un "profundo sentimiento de ser menos que los demás".5 Aunque las estimaciones varían, existe una relación relativamente constante entre los hombres con disfunción eréctil y una mayor incidencia de depresión.6,7 En un metanálisis a gran escala, los hombres con disfunción eréctil tenían casi tres veces más probabilidades de experimentar depresión que los hombres sin disfunción eréctil.6

Más información sobre el impacto de la disfunción eréctil

Cuidando la salud de su corazón

Seguir una dieta y un estilo de vida saludables, hacer ejercicio, dormir y cuidar la salud mental son cambios prácticos que puede hacer para mantener el corazón sano y reducir el riesgo de aterosclerosis. Esto, a su vez, puede reducir el riesgo de padecer disfunción eréctil.

Crear conciencia sobre la disfunción eréctil en los hombres

Estamos apoyando el Día Nacional de la DE para crear conciencia sobre una condición que está gravemente subdiagnosticada en los hombres. Por lo tanto, mientras muchos celebran el conmovedor evento anual del amor, es importante reflexionar sobre la multitud de beneficios para mantener el corazón saludable, ¡ya que un corazón saludable es un pene saludable! Este día de la disfunción eréctil, obtenga más información sobre los síntomas de la disfunción eréctil y asegúrese de visitar a su profesional de la salud si cree que puede tenerla.

Más información sobre los síntomas de la disfunción eréctil

Referencias

  1. Hacket G, et al. J Sex Med 2018;15:430–457.    
  1. Montorsi P, et al. Eur Heart J 2006; 27:2632-2639.
  1. Visseren FLJ, et al. Eur Heart J 2021;42(34):327–3337.
  2. Tomlinson J, et al. BMJ 2004;328(7447):1037.
  3. Kale S. Erectile dysfunction or performance anxiety? The truth behind a modern malaise. Available at: https://www.theguardian.com/lifeandstyle/2018/oct/18/erectile-dysfunction-performance-anxiety-truth-modern-malaise. Date accessed: September 2022).
  4. Qian L, et al. J Sex Med 2018;15(8):1073–1082.  
  5. Ping-Song C, et al. J Sex Med 2015;12:804–812.

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